3/18/2024

EL MAR, DE CLAUDE DEBUSSY

En una estupenda interpretación de Bernard Haitink que puede escucharse pinchando en la fotografía del Concertgebouw de Amsterdam (encontrada aquí):

TEMPLO PENSHAW

En las proximidades del río Wear. 

Fotografías encontradas aquí.




3/17/2024

LAS SUERTES DE LOS RÍOS TYNE Y TEES

Mientras que el río Tyne, antesala de los ahora atractivos páramos del norte (buenos para pasear), ha mejorado su aspecto, el río Tees ha mantenido su carácter fuertemente industrial.





3/16/2024

MÚSICA INCIDENTAL DE LA SERIE BRITÁNICA VERA

Pinchando el la fotografía de Brenda Blethyn caracterizada como Vera Stanhope, se accede al registro sonoro de la composición de Ben Bartlett. La actriz posa en el dique de The Headland de la localidad costera de Hartlepool, al sur de Newcastle.


3/13/2024

EUGENIO ONEGIN, DE CHAIKOVSKY

Siempre vuelvo a esta bellísima ópera, tan moderna en pleno siglo XIX, tan íntima... En la mejor versión que conozco: la de 1958 para el cine ruso; un acierto que acerca al espectador a la intimidad de los sentimientos de los protagonistas a través de sus rostros, difíciles de apreciar en la distancia de una sala.

Pinchando en una fotografía de otra presentación de la misma opera (encontrada aquí), se accede a la rusa de mediados del XX:

ALEXEY TITARENKO (Алексей Титаренко): NUBES DE GENTE


 

LA LINEA "A" INFERIOR PARECE SER LA GRIEGA ANTIGUA

Los griegos antiguos buscaban repetir en el norte del mar Negro la misma secuencia geográfica existente entre el mar Mediterráneo y el mar Negro (canal del Bósforo, mar de Mármara y canal de Dardanelos), que servía de límite entre Europa y Asia. 

Y así crearon: un nuevo Bósforo (hoy, estrecho de Kerch); un nuevo mar de Mármara (que denominaron mar Meótide y que hoy es el mar de Azov); y un nuevo Dardanelos en el río Tanais (hoy río Don). Pero más allá del último tramo de ese río el esquema pierde sentido porque no hay elementos geográficos que lo sostengan.


 

3/12/2024

LA DESTRUCTIVA MIRADA IRÓNICA

Fotrografía, encontrada aquí, de un plato y un cohete (quizá desmontable como una matriochka), dedicados a la perra cosmonauta Laika. Elementos emparentados con la tradición ornamental artesanal, que se clasifican como kitsch o de mal gusto.

3/08/2024

EL TRIUNFO DE SAN HERMENEGILDO, DE FRANCISCO HERRERA

Obra de 1654, cuyo autor fue Francisco Herrera, apodado el mozo (1627-1685).

 


3/05/2024

NEWCASTLE REVISITADA

A comienzo de la década de 1970 a nadie se le habría ocurrido que Newcastle pudiera llegar a ser un lugar turístico. Pero resulta que en nuestras preferencias no siempre respondemos a los estímulos previstos. Y así el sol y la buena temperatura no siempre pueden competir con la añoranza de aquellos tiempos pasados de nuestra niñez.

Newcastle tuvo como involuntaria embajadora en 1971 la película Asesino implacable, dirigida por Mike Hodges, y protagonizada por Michael Caine. La película muestra una realidad marcada por una industrialización en decadencia que apenas dejaba resquicios para nada que no fuera ella misma: contaminación, precariedad, delincuencia...

La película de Hodges no dejaba en buen lugar Newcastle, y de hecho pareció una disculpa la declaración del director de que solamente había querido hacer un producto en el que la vida de los mafiosos presentara su lado sórdido, en lugar de divertido, que parecía ser, según él, lo habitual en la época.

Pero las décadas pasaron y las cosas cambiaron: la industria desapareció; las sucias orillas se convirtieron en paseos arbolados; el río y el aire dejaron de ser cloacas... Y los niños de entonces crecieron y maduraron. Y un día alguien se dio cuenta (quizá porque Sting cantó a los protagonistas de aquellos tiempos), que había mucha gente sintiendo nostalgia de todo aquello, incluida, parece mentira, la oscuridad, la lluvia, la sordidez. 

Todo lo dicho puede que fuera lo que dio lugar a un producto como la serie policíaca Vera, que recupera, no sólo el lugar, sino la estética feísta que los nostálgicos deseábamos. Porque la desembocadura del Tyne y los páramos de Northumberland no solamente resultan evocadores para los británicos, sino también para los bilbaínos como yo.

Fotografía de la desembocadura del río Tyne desde North Shields, encontrada aquí.



Fotografía de la desembocadura del río Nervión desde Portugalete, encontrada aquí.



3/04/2024

LA PENINSULA DE CRIMEA Y EL ISTMO DE PERECOP

La península de Crimea, siendo como es casi una isla, ha venido siendo para el ser humano, desde hace miles de años, un accidente geográfico singular: distinto del resto de esa costa norte del mar Negro; distinto de las estepas indiferentes que se extienden infinitamente hacia el norte.

Ha servido de referencia, de límite, de plaza fuerte... Siempre codiciado por Estados próximos y lejanos, fue muchas veces una entidad política autónoma dentro de un Estado, e includo llegó a ser un reino independiente (el reino del Bósforo).

Mapa de Crimea de 1872. En él aparece más claro que en la fotografías cenitales la existencia del istmo de Perecop, que une y separa la península del resto del continente. En él se marcó la muralla que, acompañada de una fortaleza, se construyó para lograr la inexpugnabilidad de la plaza fuerte. 


Restos de la fortaleza de Perecop:


(Fotografías encontradas aquí y aquí)

Emplazamiento de la muralla y de la fortaleza de Perecop:




2/28/2024

LAS DESEMBOCADURAS DEL RÍO ADOUR

Las desembocaduras del río Adour.


El Adour ha pasado siempre por Bayona, pero no siempre ha desembocado donde lo hace ahora. La fuerte corriente marina y el viento amontonan arena en la orilla izquierda de la desembocadura, desplazando la bocana hacia el norte... hasta Capbreton, a 19 Km. Ahí se encontraba cuando nació la historia, y allí se habría quedado si un desastre natural no hubiera obstruido esa salida y creado otra, aún más al norte, en Vieux-Boucau, a 32 km de la actual.

Aquel discurrir el Adour más de 30 km en paralelo al mar, separado de éste por una relativamente estrecha barra de arena, era un despropósito para la navegación. Así que la administración pública decidió abrir una nueva boca lo más próxima posible al lugar en el que el río llega a la costa: es decir, en el extremo sur, cerca de Bayona. Y allí desemboca desde el siglo XVI, gracias a una obra de ingeniería. El antiguo cauce terminó siendo abandonado, quedando hoy algunos lagos y pequeños ríos como recuerdo del paso del Adour.

Los mapas representan: el izquierdo, el antiguo cauce del río entre Bayona y la bocana vieja; el derecho, la desembocadura actual.


(Texto elaborado por mi con la interesante información encontrada aquí)


2/22/2024

CORTADOS SOBRE EL RÍO ARGA

 

 

Fotografía encontrada aquí.

LA VIOLENCIA DEL ORDEN

Aún no siendo del todo ajeno a mi parte de cultura correspondiente a Castilla, el orden japonés me resulta excesivo. Busco con qué asociarlo e inopinadamente llego al término violencia.

Pinchando en la imagen (encontrada aquí), se accede a un vídeo japonés con un despliegue de ese orden excesivo:

2/21/2024

GAUDEAMUS OMNES IN DOMINO, DE LA MISA DE NUESTRA SEÑORA, DE MACHAUT

 Pinchando en la imagen se accede a un registro de la obra.


AGUA ESCONDIDA, DE DULCE MARÍA LOYNAZ

AGUA ESCONDIDA
 
Agua escondida
Tú eres el agua oscura
que mana por dentro de la roca.
Tú eres el agua oscura y entrañable
que va corriendo bajo la tierra,
ignorada del sol,
de la sed de los que rastrean la tierra,
de los que ruedan por la tierra.
Tú eres agua virgen sin destino y sin nombre
geográfico; tú eres la frescura intocada,
el trémulo secreto de frescura, el júbilo secreto
de esta frescura mía que tú eres, de esta agua
honda que tú has sido siempre,
sin alcanzar a ser más nada que eso;
agua negra, sin nombre...
¡Y apretada, apretada contra mí!
 
Dulce María Loynaz
 
 Pinchando aquí se accede al registro sonoro de la lectura del poema por la autora.

DE KÓNIGSBERG A KALININGRADO: UNA MIRADA A LA NADA

"... La mayoría de los residentes alemanes que quedaban al finalizar la guerra, estimados en 200.000 sobre una población de 316.000 en 1939, fueron expulsados de la ciudad. La URSS siguió entonces una política de rusificación del territorio..."

 Párrafo correspondiente al artículo de Wikipedia dedicado a Kaliningrado.

2/08/2024

EL DESCUBRIMIENTO DE NAVARRA

Pero lo realmente emocionante para mí de Navarra fue el descubrimiento del pasado remoto; especialmente de la prestigiosa Roma. Fue como conocer a unos ancestros que nadie me había presentado. Y junto a esas ruinas, las ciudadelas anteriores a Roma, la cerámica medieval musulmana... también descubrí los restos de las divinidades primitivas, que Robert Graves enaltecía haciendo de Jesucristo un recién llegado. Un compañero de Teruel representaba en cuadros al óleo la Diosa triple y otras divinidades del panteón romano, en un gesto de dignificación similar al de Graves. 

El paisaje mediterráneo dejaba al desnudo aquellas piedras que los locales ni miraban, acostumbrados como estaban a ellas desde la infancia. Esa falta de atención hacía que todos aquellos objetos permanecieran a nuestra disposición para su descubrimiento. Por suerte mi compañero de Teruel había adquiridos criterios arqueológicos positivos y me enseñó a identificar la situación de las ciudadelas por los indicios de su emplazamiento; o los objetos, que pasaban inadvertidos a un ojo inexperto. También me enseñó a no recoger nada más que lo que estuviera en la superficie (canicas de barro, vajilla rota de terra sigillata...). Él por su parte, se dedicaba a enterrar trozos de metal para despistar a los saqueadores que llegaban con detectores buscando monedas y otros objetos, como fíbulas (hebillas), o estatuillas de bronce.

Esto sonará extraño a los locales, pero hay una tradición secular de fascinación por lo mediterráneo por parte de quienes habitamos geografías septentrionales en las que la vegetación termina por cubrir todo lo pasado.

MIS QUERIDOS PAISAJES SECOS: CONFLUENCIA DE LOS RÍOS ARGA Y ARAGÓN

 

Fotografía encontrada aquí.

2/06/2024

LOS PROBLEMAS DE LA INFORMATIZACIÓN (7): LA VIDA



Uno de los mayores problemas de la informática y sus aplicaciones (la denominada IA), es la fragmentación y alteración de los textos.

Las primeras críticas que recibió la difusión de la cultura escrita por medios informáticos eran institucionales y provenían de la Iglesia católica. La objeción era la fragmentación de la información, que, por ejemplo, se hace evidente en la abrumadora cantidad de citas hechas por personas enteramente desconocedoras de su contexto.

Pero aún más grave es la capacidad del sistema para crear nuevos textos partiendo de otros existentes. El alcance de esta capacidad automática de improvisación manteniendo cierta lógica aparente, implica la destrucción del legado escrito sobre el que se asienta la sociedad:

-Por desaparición del sentido formal y de contenido del discurso.

-Por interferencia con nuestra lógica discursiva.

...

La enseñanza presencial no debe ser sustituida porque los docentes son seres para la vida: todo en ellos está orientado al mantenimiento de la vida. Esa finalidad dota de sentido sus actos, su discurso, y es lo que transmiten a los alumnos. El "alma mater" de las instituciones es un legado de coherencia con el vivir compuesto de la suma de las aportaciones de sus docentes y directores. Su discurso tiene el sentido que los docentes le dan en su vida a amar, sufrir, temer, desear... En la IA la vida queda reducida a la técnica del programador y la intención del promotor.

1/26/2024

BANDA SONORA DE ZULÚ, DE JOHN BARRY

Pinchando en la fotografía de Michael Caine en el papel del teniente Bromhead se accede al registro sonoro:



1/24/2024

INDUSTRIAS Y ANDANZAS DE ALFANHUÍ (1951), DE RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO (1927-2019). CAPÍTULO VII. DE UN VIENTO QUE ENTRÓ UNA NOCHE EN EL CUARTO DE ALFANHUÍ Y LAS VISIONES QUE ÉSTE TUVO

CAPÍTULO VII
 
DE UN VIENTO QUE ENTRÓ UNA NOCHE EN EL CUARTO DE ALFANHUÍ Y LAS VISIONES QUE ÉSTE TUVO


Una noche de lluvia descendió sobre el jardín un viento remoto. Alfanhuí tenía la ventana abierta y el viento se puso a agitar la llama de su lámpara. Se estremecieron, en las paredes, las sombras de los pájaros. Se movieron primero, indecisa y vagamente, como en un despertar inesperado. Alfanhuí vio desde su cama el agitarse de aquellas sombras en las paredes y el techo, que se quebraban en las esquinas y se cruzaban las unas con las otras. Le pareció que su cuartito se agrandaba y se agrandaba hasta hacerse un inmenso salón. Las sombras de los pájaros se agrandaban también y se multiplicaban al agitarse de la llama pequeña de su lámpara de aceite. El viento entraba cada vez más lleno por la ventana y traía como una música de ríos y de bosques olvidados. Al compás de la música, la llama hacía danzar las sombras de los pájaros. Como fantasmas o marionetas de pájaros, pusiéronse a danzar las danzas arcanas, las danzas primitivas de su especie, dibujando sobre el techo del salón una rueda grandiosa de alas y de picos. Una rueda cambiante, luminosa y ligera que giraba y giraba y hacía volver a las muertas sombras los viejos colores de las aves. En el medio danzaba la garza de ojos chinescos y movía su pico con un ritmo altivo, marcando el compás de la danza a todos los pájaros, y el viento parecía arrojar ráfagas de lluvia contra sus ojos. Ya los pájaros disecados habían desaparecido de su pedestal, como si la lluvia les hubiera devuelto la vida, y se habían volado a sus sombras, que danzaban en el techo del salón. Rompióse la bruma del silencio y la soledad y despertaron visiones olvidadas, al encontrarse la música del viento y de la lluvia con los muertos colores de los pájaros. Pareció abrirse, en medio de la rueda de pájaros, un redondel en el techo a donde retornaban todos los colores primitivos. Los mil verdes de las selvas, el blanco de las cataratas; y, de la tierra de las zancudas, el rosa y ceniza de las marismas, con un sol rojo a flor de agua, temblando en la superficie limosa y sanguinolenta. Al pie de los morados y amarillos cañaverales, brillaba el limo negro de las orillas, tapizadas de pequeñas raíces serpenteantes, entre mil huellas de pájaros distintos. Volvían las blancas salinas de los estuarios, y los pájaros salineros que bucean con su largo pico en los fangales. Y el sol marino de las gaviotas y de los albatros, batiendo sobre un yermo de arena y caracolas. Volvía el azul de las ciudades de la tierra y las golondrinas enhebrando los arcos de las torres, cosiendo con los hilos de su vuelo, espadaña con espadaña. El viento abrió también un libro de plantas disecadas y se puso a pasar sus hojas. Las flores se mojaban y revivían, trepando por las paredes del salón, invadiéndolo todo, formando una espesa enramada, florida y llena de nidos de donde salían también pájaros que volaban hacia el redondel luminoso del techo. Alfanhuí no hubiera sabido decir si en sus ojos había una tenebrosa soledad y en sus oídos un insondable silencio, porque aquella música y aquellos colores venían de la otra parte, de donde no viene nunca el conocimiento de las cosas; traspuesto el primer día, por detrás del último muro de la memoria, donde nace la otra memoria: la inmensa memoria de las cosas desconocidas. Danzaban y danzaban las aves, las primitivas danzas de su especie y volvía el entrecruzarse de las bandadas hacia los ríos sagrados. Al Eufrates, al Nilo, al Ganges, a los ríos de China con sus nombres de colores. Retornaba toda la emigrante y multicolor geografía de los pájaros, la luz de las tierras antiguas. Luego desapareció el círculo luminoso de las visiones y volvió a las paredes la danza de las sombras, oscura y agitada esta vez, como una danza bruja, a los sordos golpes de un turbio tambor; como una danza de rígidos fantasmas de largas y desgarbadas patas. Más aprisa, cada vez más aprisa, y el salón se iba cerrando y se empequeñecía de nuevo hacia la frente de Alfanhuí. La danza y las sombras se hacían pequeñas, pequeñas, en torno de la llama de la lámpara. Volvían las sombras, como grises mariposas, a quemar su polvillo en la llama. Era el polvo que el viento había levantado de las plumas secas de las aves, y sus motitas infinitesimales se ponían un momento incandescentes y repetían, al quemarse, cada color, vivo y lejano de las visiones, para perderse de nuevo en la luz simple y pequeña de la lámpara. Todo volvía a recogerse en sí. El viento había cesado. Las sombras morían de nuevo, quietas, en las grises paredes; los pájaros morían en el brillo vacío de sus ojos de cristal y el último aceite subía a la llama, extenuado, ahogándose por los hilos de la torcida. La llama menguaba chisporroteando en las últimas motas de polvo, y pronto quedó hecha una pavesa humeante que apenas brillaba ya, tan sólo en el latón dorado de la lámpara. Quedó en el aire el olor mortecino y oscuro del aceite requemado y todo se apagó. Había ahora un silencio ligero como para una voz clara y solitaria, una canción de alborada o unos pasos de cazadores.

 
Ilustración encontrada aquí.


1/23/2024

INDUSTRIAS Y ANDANZAS DE ALFANHUÍ (1951), DE RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO (1927-2019). CAPÍTULO VI. DE LAS COSAS QUE HABÍA EN EL JARDÍN DE LA LUNA, DONDE CASI TODO ERA COMO PLATA

CAPÍTULO VI


DE LAS COSAS QUE HABÍA EN EL JARDÍN DE LA LUNA, DONDE CASI TODO ERA COMO PLATA



El jardín de la casa tenía dos partes: la del sol y la de la luna. La primera estaba delante de la fachada, al mediodía. La otra, en la cara de levante, adonde daba la ventanita de Alfanhuí. A Alfanhuí le gustaba más la de la luna porque tenía la piel blanca como su luz. Las noches de luna se sentaba en el dintel de la ventana y miraba el jardín.

El jardín tenía un castaño y un olivo plateado, con su tronco musculoso, en el que vivían dos roedores blancos que tenían los ojos de luz y siempre se andaban escondiendo como las ardillas. Por la noche se veían sus ojillos aparecer y desaparecer. Era como los anuncios luminosos de las ciudades: primero una lucecita; luego dos, tres, cuatro. Tres, dos, una y desaparecía. Luego las cuatro lucecitas de un golpe, en otra parte del olivo. Y así toda la noche, sin que nada se oyera. Alfanhuí solía quedarse contemplando el jardín y el juego de los roedores hasta que la luna se ponía.

También había en el jardín un hito de piedra blanca con una argolla y una cadena negra que arrastraba por el suelo. En medio, había un pequeño estanque redondo con un surtidor, cuya varita de agua subía y se agitaba tan sólo en las noches de tormenta cálida y seca, y mataba las libélulas y los insectos que el viento traía de los ríos y los lagos que había secado. Y al agitarse la superficie del estanque, en pequeñas olitas, afloraba el brillo de las arenas de plata que yacían en el fondo. También estaba enterrada la criada en un rincón de aquel jardín. Al fondo había un muro alto y un invernadero de flores que estaba abandonado y tenía los cristales llenos de polvo. Dentro del invernadero nacía la mala hierba y vivía una culebra de plata, que salía a tomar la luna en un claro del jardín. A Alfanhuí le gustaba mucho esta culebra y tenía ganas de capturarla.

Alfanhuí sabía que la plata y el oro eran dos cosas casadas, como las naranjas y los limones, y se le ocurrió preparar tres anillitos de oro, un poco más anchos que el vientre de la culebra. Ató de cada anillo un largo bramante y esperó a la luna llena.

Un día, al oscurecer, colocó los anillos: el primero, en el agujero por donde la culebra salía; el segundo, un poco más adelante, y el tercero, en el medio del claro, donde la culebra tomaba la luna. Alfanhuí se apostó cauteloso junto a la ventana, con los tres bramantes en la mano, por dentro de su habitación, y esperó. Levantóse del horizonte una gran luna roja que se fue blanqueando conforme subía. Alfanhuí estaba inmóvil. Cuando la luna se hizo blanca del todo asomó la culebra su cabeza y ensartó el primer anillo. Luego fue saliendo poco a poco, mirando a todas partes, con la cabecita alta y silbando en su lengua de dos puntas. Alfanhuí seguía inmóvil. Al principio resbalaba por dentro del anillo y no lo movía, pero cuando hizo la primera curva de ese con su cuerpo, se lo llevó prendido a la mitad de su vientre. Alfanhuí no respiraba. En la curva siguiente ensartó la culebra el segundo anillo y lo arrastró consigo como el primero. Ensartó, por fin, el tercer anillo. Alfanhuí miraba inmóvil y tenía los tres hilos, desde la ventana. La culebra se paró, y los tres anillos, enhebrados en su cuerpo, se juntaron a la mitad de su vientre. Al tocarse, se estrecharon y la apretaron, como abrazándola, por la cintura, y la culebra quedó presa. Alfanhuí tiró lentamente de los tres hilos y la arrastró hasta la ventana. La culebra de plata se adormecía sensualmente, al abrazo de los tres anillitos de oro. Alfanhuí la enroscó en una caja redonda de cristal, sin quitarle los tres anillos, y la culebra quedó en letargo, rígida y brillante como plata metálica. Tenía el cuerpo todo de escamas diminutas, que sonaban cuando Alfanhuí le pasaba la uña a contrapelo: «¡Drinn…! ¡Drinn…!».

Alfanhuí desató los tres hilos de seda y cerró la caja de cristal. La luna que entraba por la ventanita entreabierta daba en el rostro de Alfanhuí. Este miró la culebra de plata en sus manos y sonrió. Luego
guardó la caja en lo oscuro y se acostó.


Fotografía encontrada aquí.

1/22/2024

1/19/2024

FAUSTO (1994), DE JAN SVANKMAJER (1934)

 Pinchando en el grabado se accede a la película.

1/17/2024

PASEO POR UNA CARRETERA SOLITARIA Y EPÍSTOLA AL TRANSEÚNTE (2000), DE LUIS DE PABLO (1930-2021)

El paseo es por el valle Searles, en el estado de California, EE. UU. Pinchando en la foto (encontrada aquí), se accede a la grabación del paseo.


La composición de Luis de Pablo (1930-2021), creada en 2000 para seis instrumentos, puede escucharse simultáneamente con el vídeo anterior, o en el orden que se desee, pinchando en la siguiente fotografía, encontrada aquí.